Aviso

Las entradas de este blog que no fueran relatos han sido movidas a mi otro blog. Fantasmas de Plutón queda entonces sólo como blog para la creación literaria.

viernes, 1 de septiembre de 2017

Inteligencia Artificial

Neuromancer by Andy Potts
No te preocupes, te lo voy a contar todo. Tranquilo, que tenemos tiempo, esto me llevará un rato. No es que necesites saber nada, la cosa es casi automática, pero así me relajo, me distrae del tedio del trabajo repetitivo y los movimientos automáticos.

El tema viene de lejos, tiene que ver con la realidad virtual. Sí, sí, no me mires así, ya verás deja que te explique: a la gente siempre se le ha quedado pequeño el mundo y tal, por eso, en cuanto se pudo se inventó la realidad virtual. Al principio cascos enormes que sólo servían para sostener un par de pantallas de baja resolución. Habitaciones vacías, que tardaban un segundo en reaccionar cuando te movías y una escasez de detalles y colores que dejaban el asunto en manos de cuatro frikis. No me malinterpretes, todo tiene que tener un principio, pero es que estos empezaron demasiado pronto. No habían solucionado lo de las gafas que ya tenían un par de guantes. Primero algo poco sofisticado, además de andar por un pasillo de cuatro colores podías verte las manos, unas bonitas y ridículas manos naranjas con dedos cuadrados que tardaban una eternidad en hacerte caso... Luego la mejora estrella, el tacto. Simulaban que cogías algo, pero con poca resistencia, unas descargas y aquello estaba frío, o mojado o peludo... Pero siempre era una puta manzana cuadrada. Pero la peña emocionada, esto es cojonudo gritaban. Cojonudo... claro, de no tener nada a tener algo hacía que se conformaran, pobres gilipollas, luego bien que se reían de los walkman porque tenían un puto iPod...

Perdona que te hable así, es que estas cosas me superan. La tecnología era una mierda, la idea buena, pero la tecnología una mierda. Tuvo que pasar mucho tiempo. En medio los ordenadores fueron más potentes... mejores gráficos... guantes más chulos... hasta una plataforma que resbalaba para que pudieras andar. Y ahí tenías a todos con pinta de gilipollas, brazos en alto, descalzos con calcetines blancos mientras en el casco veían una jungla amazónica infestada de alienígenas hostiles. Hasta hubo una empresa que sacó un juego porno. Sí, no te rías, aparte del casco llevaba otro periférico, una polla de plástico o una vagina en lata, según tus gustos. Luego elegías, partida al solitario con un partenaire digital o conexión online con una pareja de turno y el cacharro que te colocaras entre las piernas se movía como hacía el otro. Entre las piernas o en el culo, ya me entiendes. Hasta hubo unos pringados que inventaron una boca con lengua para hacerle las marranadas que quisieras... Para dar besos a tu pareja que está lejos decían... eran unos putos pajilleros que estafaban a otros pajilleros con mucha pasta.

No, esa no era la revolución de la realidad virtual, aunque da una idea de para qué se quería la realidad virtual... No, la revolución la trajo RealPlex con su casco de ondas. Ya no había pantallas, ahora la interacción era directamente con el cerebro. El casco se había inventado para que discapacitados y parapléjicos pudieran mover a sus robots asistentes, pero suma dos y dos y lo tienes, el casco se adoptó como interfaz para el ordenador. Imagina, teclados y ratones fuera, entrabas en el ordenador, escribías con sólo pensar y ya no tenías que dibujar, con sólo concentrarte salía esa foto que nunca habías tomado. ¿Tuviste uno de esos cascos? Yo tuve que esperar a la tercera generación, cuando salieron las copias chinas baratas... familia de pocos recursos, ¿sabes? El puñetero cacharro daba un dolor de cabeza terrible, pero funcionaba. Luego estaba lo de SquareLife... ahí sí que sí, ni Facebook ni Instagram ni mierdas... Una red social en la que entrabas... no vivías como tu avatar. Podías ser tú mismo, o una versión de ti, con todas tus depravaciones a la vista. Pronto aquello se les fue de las manos, bueno, se nos fue... Estaba la parte bonita sí, en la que paseabas, escribías en tu muro e ibas a conciertos virtuales... pero luego estaban los chatroom, recovecos de la red social... en algunos se hablaba de apicultura, en otros te metías abejas por el culo; en algunas salas se hablaba de sexualidad sana, en la de al lado lo peor del sadismo daba rienda suelta de sus instintos... era el ser humano en toda su pureza.

¿Que si me metí en esas salas? Sí, claro, alguna visité pero piensa que yo era joven e inocente... Pero te voy a confesar algo. Allí conocí a Tyara. Nunca supe su nombre real, ni si era una chica o un tipo gordo y feo, pero me daba igual, era tierna, cariñosa, cálida... Perdí la virginidad con ella, físicamente no, claro, pero ¿hay diferencia? Desgraciadamente todo acabó cuando me pilló con una versión del Osito Misha haciéndome una felación. No volví a verla, pero para entonces yo ya había descubierto el sexo salvaje de la red. ¿Sabes? no puedes decir que has estado en una fiesta hasta que no te invitan a una fiesta de caballos...

Bueno, que me voy por las ramas y tampoco quiero aburrirte con mis historias virtuales. ¿Por dónde iba? Ah, sí, por los cascos de ondas. Iban bien, muy bien, pero tenían un fallo: tu cuerpo seguía enchufado. Estabas en la red y sin querer levantabas una mano de verdad, o te caías del sofá... No pocos desgraciados abaron en medio de una carretera de madrugada con un calcetín en la polla porque la orgía se les había ido de las manos. Hasta hubo un tío... no recuerdo el nombre... se cayó por su propio balcón mientras seguía el vuelo de una mariposa en medio del campo. Pero espera lo mejor, de esta seguro que tuviste alguna... Tenía una vecina, en el cuarto piso, una chica modosita, educada... tímida... pero que por las noches recibía las visitas de dos o tres maromos que le daban lo suyo y lo de otras tres generaciones, jajajajaja, no veas cómo gritaba la tía Sí, más, métemela, fuerte... Sí, las dos... chupa, chupa...Jajajajaja, lo mejor es que todo el vecindario la escuchaba y nadie le dijo nunca nada... Al poco el edificio estaba lleno de churumbeles. Creo que esa chica fue el mejor afrodisíaco que se pudo dar en un edificio de cuarentones amargados...

Pero eso era un fallo gordo. Un colega mío, le gustaba mucho historias de Dragones y Mazmorras y tal, un día perseguía un dragón y cuando el dragón paró era un puto camión de la basura. Lo dejó hecho trizas... y era un tío cojonudo... E historias de estas las que quieras, con lo que tuvieron que currárselo un poco más. Y salió el MindSwitch, sí, el nombre es una puta mierda, pero era eso... conseguía desconectar el cuerpo de la mente. No más relajantes musculares, no más tranquilizantes que te hacían ser lento en tu vida virtual... No, te lo ponías y te dejaba KO. Vivías tu vida en la red sin preocuparte de nada, aunque era mejor que tuvieras un empapador o unos pañales de adulto a mano, ya sabes, por si acaso... Pero no duraron mucho.

Espera, no te muevas, que queda poco...

El problema es que para desconectarte completamente el cuerpo tenían que desconectarte completamente la mente y subirla a la red, la interacción con tu cerebro estaba ahí, pero este estaba completamente separado de tu cuerpo y no se enteraba de nada de lo que te ocurría, nada de nada.

Escucha porque esto es lo importante, aquí viene lo gordo: la gente se moría y no se enteraba. ¿Cómo te has quedado?

Y no eran pocos, no. Unos porque se enganchaban a lo que fuera y estaban días conectados y claro, no comían de verdad... Otros porque simplemente les daba un infarto y palmaban. Hubo un par de casos de mujeres que murieron mientras eran sistematicamente violadas por una caterva de engendros sin que ellas se enteraran. Palizas, asesinatos, incendios, accidentes... Pero la peña seguía conectada y no se enteraba de nada hasta que intentaban desconectarse. Nadie lo había previsto, nadie pensó que la conexión fuera tan robusta que el vínculo carne-mente se rompiera del todo... MindStorm, los inventores del MindSwitch se acojonaron porque no sabían qué hacer con las entidades que vociferaban que no podían salir de la red y no sabían que ya eran pasto de gusanos. A alguno lo apaciguaron, lo entendió y vivió feliz en la red sin ataduras, otros enloquecieron y la cosa se salió de madre. Intervinieron los reguladores, se prohibió la venta del casco, se intervinieron los servidores... Una putada, sobre todo para la gente porque hubo que volver al casco cerebral de antes. Ahora lo vendían con una plataforma en la que te atabas y podías tumbarte, andar... todo sin peligro... pero con los calcetines blancos de vuelta...

Y digo que la putada fue para la gente porque MindStorm hizo una jugada maestra. Legalmente las conciencias atrapadas en la red no eran personas. El concepto de persona sólo incluye el cuerpo físico, no la copia digital y, atiende porque es lo que nos importa, empezaron a experimentar con ellas. Fíjate que te he contado todo esto pero no te he mencionado lo que nos ha traído aquí... la Inteligencia Artificial. Había habido grandes aproximaciones, claro. Existían IA muy avanzadas pero les faltaba algo. Eran impersonales, nada creativas, excesivamente lógicas, frías. Sólo eran analíticas y para nada multipropósito porque les faltaba algo: la empatía, las emociones. No las emociones en mayúsculas, pero sí ese toque que dan a la personalidad para que esta sea algo no tan matemático y más animal, cauteloso o bravo. Piensa que para tomar decisiones hay que arriesgar, si el cálculo no tiene suficientes datos o da 50-50 tienes que tirar de instinto y de eso las IA iban cortitas. Por eso MindStorm vio la luz. Las conciencias atrapadas eran IA en potencia con todas las cualidades humanas...

Espera, este cable no entra... mmmmmmh ya está...

Naturalmente muchas conciencias hubo que desecharlas, estaban locas. Otras presentaban fallos de origen, eran personas cagadas, superficiales o terriblemente estúpidas, pero un buen puñado sirvió, ya lo creo que sirvió. Sólo hizo falta pulirlas un poco, darles obediencia, quitar las reacciones excesivamente emocionales, darles conocimientos específicos y ¡Voilá! ya teníamos una inteligencia artificial completa. Para facilitar las cosas se magnificaban las habilidades naturales: ¿se te dan bien los números? pues inteligencia analítica, ¿eres creativa? pues a diseño inteligente, ¿hábil conduciendo? a pilotar... Sí, estas han sido las mejores, ¡y las más demandadas! Coches inteligentes y autónomos, aviones con pilotos que nunca duermen, barcos... ¡incluso satélites artificiales!

Pero tú... cuando acabe contigo... cuando te haya descargado... tienes un futuro muy interesante. ¿Has oído hablar del programa de Marte? ¿No? no, no llores, irás a Marte muy pronto, serás la nave que llevará al vehículo de terraformación... Lo coseché ayer, una bióloga muy maja, mientras se descargaba me la follé, me di el gustazo, ¿por qué no? No me mires así no eres mi tipo. Y sí, sé lo que estás pensando, una copia de tu mente no vale, tengo que cortarte el cuello después de conectarte al servidor de bolsillo al que acabo de conectarte.

No te preocupes, no te dolerá.