Aviso

Las entradas de este blog que no fueran relatos han sido movidas a mi otro blog. Fantasmas de Plutón queda entonces sólo como blog para la creación literaria.

lunes, 5 de noviembre de 2012

El visitante

"Estaba sentado en el borde del sofá. Estaba nervioso. Por una vez deseaba fumar, no sabia qué hacer con las manos; las frotaba, se mesaba el pelo y no paraba de tocar y recolocar los objetos que se encontraban enfrente a él.

Lo estaba esperando, sabía que hoy vendría y que hoy debía ser el último día. Hacía años que tenía que soportar su presencia. Nunca habían hablado, tampoco se habían mirado. Pero no hacía falta, no quería verlo, no lo quería cerca...

Sudaba. Se frotó los ojos. No debía dormirse. Se levantó, paseó por el comedor. Era su casa, tenía derecho, ¿no? Si quería que se fuera era su derecho, ¿verdad?

Nunca había hablado con nadie de ello. Ni siquiera cuando empezó todo hacía ya seis años. Probablemente no le dio importancia porqué pensó que sus ojos le habían jugado una mala pasada, tenia sueño, pensó. Tardó, pero volvió. Esta vez sí se asustó, estaba seguro de haberlo visto, pero se engañó a sí mismo de nuevo, imaginaciones tuyas, se dijo. Fue casi un año. No pasó de ahí, de vez en cuando ahí estaba, lo veía una fracción de segundo y desaparecía, bastaba con parpadear. Luego fue a más.

Aquel día no lo vio. Estaba viendo la televisión y lo oyó. Vecinos, era la explicación más racional, la única. Pero otra vez lo oyó, "¿Lo tienes?", temblaba. Se levantó del sofá en ése momento y salió al pasillo. Agarraba con fuerza el mando a distancia, era su única protección. No había nadie allí.

Se sentó de nuevo a esperar. no tardaría en aparecer, y recordó. Recordó cuando empezó a acostumbrarse a la voz, se acostumbró pero nunca dejó de temer. Despistado, no podía ser otra cosa. Si lo que dejaba en la mesa aparecía en la cama debía ser porque no recordaba bien. Los armarios de la cocina se abrían solos, Tengo que acostumbrarme a cerrarlos siempre. Pero el horror empezó cuando dio un portazo, fue en la misma cocina, se le escapó la puerta, iba con prisas, cerró suavemente, sin ruido, sin que él pudiera pararla. Abrió y probó de nuevo, ninguna cerraba de golpe, todas se cerraban en silencio, no impotaba la fuerza con que lo hiciera, siempre frenaban, siempre en silencio, siempre suavemente.

Había empezado ya, la sombra que se paseaba por su pasillo ya influía en su vida, temía la noche, sabía que aparecería, sólo que ya no estaba sola, a su aparición siempre lo precedían otras sombras de menor tamaño. Corrían por el pasillo, por SU pasillo. Pero le daba miedo. Estaba aterrorizado. En casa no había nadie, pero ellos aparecían.

Lo sufrió, no dormía o se drogaba para dormir profundamente, pasaba noches fuera de casa o volvía tan borracho que no recordaba nada. Cualquier sistema era bueno para no afrontarlo, para no verlo. Pero ahora lo esperaba.

Levantó la vista, nervioso, y allí estaba, de pie, mirando. Se asustó aún más. Siempre lo había visto pasar por el pasillo, siempre andando, nunca de frente. Siempre lo había ignorado, pero ahora lo  miraba.

Estaba paralizado, sudaba, quería hablar pero ni siquiera podía balbucear. El otro hizo un gesto, se le acercó, había dado un paso al frente y se acercaba, serio, mirándolo fijamente. Rápidamente cogió un objeto que tenía encima de la mesa, un crucifijo de seis brazos. plata reluciente, lo alza y murmura una plegaria. El hombre se para y se ríe, lleva un guardapolvo negro, sin pies, y las manos bajo la capa negra, pálido, y le habla:

- ¿No creerás en esas bobadas, verdad?

Deprisa suelta la cruz y alza un saquito, raíces, huesos y cenizas, mezclados en un rito que sólo conocía aquella adivina, ajo, ajenjo y otras hierbas en la otra mano, la gitana le dijo que era infalible. La sombra dio una sonora carcajada y se acercó más.

- ¿Aún crees que así conseguirás algo?

Abrió las manos e intentó coger una botellita con un líquido que parecía agua y un papelito con un salmo, pero el otro le cogió las manos. Tragó saliva, sudaba más y le costaba respirar.

- No temas, no te resistas, todo es inútil, nada puedes hacer ya, has sido elegido. Lo tienes, sabes que lo tienes y lo necesito.

- ¿Qu.. quien eres?

- ¿De verdad importa? Sólo un mensajero, un intermediario. Vengo en nombre de la justicia y de lo que de verdad importa. Soy heraldo de la voluntad, pero no divina... ni infernal. Tus chucherías no sirven, no son para mí, vivo por y para la humanidad, pero la humanidad no puede nada contra mí, existo a pesar vuestro.

- No entiendo... ¿qué quieres de mí?

- A tí, a tu tiempo, a tu intelecto, a tu opinion, a tu valor. ¿Lo tienes?

- No, no tengo nada, por favor déjame.

En este momento el terror es sustituido por algo peor, mucho más básico, más visceral, preternatural. No era consciente de ello, pero ya sabía qué quería. Intuía para qué había venido, sabía porque llevaba tiempo evitándolo, llevaba tiempo postergando su destino.

- Lo sabes. Sabes por qué estoy aquí.

- Pero yo no quiero... busca a otro.

- No puedo. Debes ser tú. Lo sabes. Ven conmigo.

Se levanta, lentamente,sabe que debe hacerlo, ir con ese ser infernal. Acompañarlo a donde debe ir.

- ¿Dónde me llevas?

- A tu sitio, a donde pertences aunque no lo sepas. A tu mundo, un pequeño mundo, lejano y frío, porque tú ya no eres tú, perteneces al universo. Ahora eres un fantasma como yo, ahora eres heraldo de un mundo glacial que se desmorona. Tu misión será ahora la mía, tú ahora debes transmitir lo imprescindible, tú debes abrir la mente a la todo el que te vea, tú debes ser guía, luz y sombra. Tú ahora no puedes desfallecer. Ahora perteneces a la estirpe maldita. Tu ahora eres un fantasma. Eres un Fantasma de Plutón."


Fantasma.

6 comentarios:

  1. Por un instante pensé que darías vuelta la historia, y terminaría con un final mas "cómico", por decirlo asi, pero me ha encantado, felicitaciones!! Espero publiques pronto otro relato.

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    1. Jajaja, lo pensé al principio, pero al final decidí hacerlo un poco más premonitorio como inicio o punto de partida.

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  2. Sí, premonitorio es la palabra que se me ha venido a la mente... ay!

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  3. Buffff los pelos como escarpias!!!!!! Es espectacular!!!!

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